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Foto: Reuters

China apuesta por el Smart Power para disputar la hegemonía mundial a los EEUU

Afirmar que China es una potencia mundial es una obviedad. Solo por el hecho de ocupar un sitio en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya es motivo suficiente para considerarla una superpotencia. De hecho ya lo era antes de la fundación de los Estados Unidos. Fue el poder dominante de Asia durante más de doscientos años. Al mal llamado despertar asiático tendríamos que referirnos como el regreso de Asia. Si nos fijamos en la población —4.400 millones de habitantes — y al peso del Producto Interior Bruto, PIB, en el mundo —32%— está claro que la región Asia Pacífico se ha convertido en la más importante del planeta.

Teniendo en cuenta la definición de poder que hizo el filósofo y economista alemán Max Weber: “Poder es la habilidad para controlar a los otros, a los acontecimientos o recursos: conseguir nuestros objetivos superando obstáculos, resistencias u oposición” los dos países, China y Estados Unidos tienen poder.

Comparativa de la evolución del Producto Interior Bruto, PIB, por cápita (ajustado a inflación) entre los Estados Unidos y China. Gapminder.org

Existe una gran diferencia entre el superpoder que ejercen los Estados Unidos y la estrategia de su rival más cercano,  el smart power. Según un documento del año 2009 del Center for Strategic and International Studies (CSIS), smart power es la sabia combinación de hard y soft power. Implica desarrollar una estrategia que combina la atracción con la persuasión, con leyes y recursos, la gratificación con el castigo y, finalmente, la violencia. 

La finalidad última es la misma que los norteamericanos pero combinando hard con soft power. Usar el poder militar cuando es necesario pero, al mismo tiempo, invertir muchos recursos y tiempo en tejer alianzas internacionales. 

© 2020 Roger Valsells  Aguilà - URL Blanquerna

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